miércoles, 7 de enero de 2015

'El Exorcista II: El Hereje', o cómo no hacer una secuela.

A todos se nos ha erizado la piel alguna vez cuando hemos oído hablar de El exorcista. La cinta de 1973 dirigida por William Friedkin, protagonizada por Linda Blair y basada en una novela de William Peter Blatty consiguió causar desmayos a más de uno en el año de su estreno, así como también causó sensación en su versión del 2000: El exorcista: La versión que nunca has visto, que no era un remake, sino una nueva "edición" de la cinta original con nuevas escenas que acrecentaban la sensación de escalofrío que producía el film.

Es una lástima que una película tan buena como lo fue El exorcista, que cambió el rumbo del cine de terror y, literalmente, "arruinó" la vida de alguno, se viese humillada con una nefasta secuela que, a día de hoy, conocemos como El exorcista II: El hereje.

William Friedkin abandonó la dirección de la cinta, así como otros miembros del reparto, tales como Max Von Sydow (quien interpretaba al padre Merrin en la original). Los abandonos de parte de los que conformaron El exorcista no auguraban nada bueno, y cuando El exorcista II llegó en 1977, los resultados fueron catastróficos.


La cinta se sitúa cuatro años después de la primera entrega. Regan, ya más mayor que la niña poseída por Pazuzu en El exorcista, no consigue recordar nada de los chocantes hechos que acontecieron en su casa en Washington, D.C. Mediante un hombre, que inventa una máquina que es capaz de dominar la mente humana, Regan comienza a recordar lo sucedido, lo cuál desata un nuevo problema para la joven.


La idea principal del film no suena mal y, de hecho, podría haber sido una excelente trama que llevar a cabo. Pese a que siempre me ha gustado recordar El exorcista como una única pieza, una única historia, sin secuelas ni precuelas (no debería tan siquiera mencionar Exorcista: El comienzo), que pasó a la historia como "la cinta más escalofriante de todos los tiempos". Desafortunadamente, la imagen que rodea a la cinta se ve algo manchada por cosas como la cinta que nos ocupa.


El exorcista II es un cúmulo de buenas ideas, que podrían haber sido escalofriantes, pero que se quedaron en un producto mediocre. Tener la obra de Friedkin como predecesora no ayudó en absoluto a que El exorcista II: El hereje fuese un producto mínimamente disfrutable para los aficionados. Y, exactamente, la secuela no resultó ser lo que se esperaba.


Linda Blair repite su papel como una Regan Macneil que ha perdido toda la esencia que el personaje tenía en El exorcista. Aquí no vemos a la joven poseída, ni siquiera a la niña que tanto nos fascinó en la entrega original. Por el contrario, Regan es aquí un personaje por el que hemos perdido absolutamente el interés. Blair es una excelente actriz, y nos lo demostró con la ya mencionada El exorcista, pero su personaje se encuentra increíblemente desaprovechado en Exorcista II.


En definitiva, El exorcista II: El hereje es un fallido intento de alargar el legado de una magistral primera entrega con una mediocre secuela. Más tarde vinieron El exorcista III y la precuela, de las cuáles es mejor no hablar...



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